Esta es la hora en que nada puede salvarte
ni las frases cortas
ni
las frases largas
(ninguna
oración que alguna vez pariste emocionado)
la calle es sólo una estación solitaria
el
rústico reloj de la esperanza aún oscila
como si todo
como si nada
escribir evitando lo tantas veces
repetido
infames
músculos de melancolía que aún pretenden
hay
llagas que quisieran ser carne
pero
el tiempo es lo último que avanza
lo viscoso asoma
en su pútrida sonrisa
podría
ser una historia lineal y sumisa
pero
los átomos nunca se alinean
el
norte y el sur nunca están fijos
ásperos
sabores de la boca
después
del poco sueño
cuando
debería haber en pleno
según
las cláusulas del buen vivir
aburrido e hipócrita
siempre
los mismos ojos
sin
el rostro del sol o de la luna
o completa oscuridad
estás
lejos
en este momento revisas las marcas del cuerpo
surcos plagados de estúpidas afirmaciones
cicatrices que quisieras ver en tu enemigo
heridas hechas tontamente
en ninguna batalla en ningún enfrentamiento
y esa armazón de huesos y nervios
exclama su sordo cansancio
como si fuera su única consistencia
ya no es hora de caminar indefinidamente
ni siquiera es posible
no hay ruedas mágicas columpios o carruseles
con que trasponer todos los vientos
las luces hieren en todos sus colores
hay que cuidar los pocos dientes
cada vez menos
cada vez menos
los sueños mágicamente sembrados ahora son tierra
habría que tener un pie en cada extremo
sin embargo lo contrario sucede
todo tan lejos cuando está cerca
ni siquiera el rozar
ni al menos algo
de dónde hacia dónde
nada se sabe
saborea el silencio
de dónde hacia dónde
nada conduce
nada acierta
hubieras
tenido una vida cualquiera
horas
de sueño y de trabajo
la
absurda esperanza a cambio del esfuerzo
día
tras día lo mismo
como tantas vidas
y
si comenzaras de nuevo
olvidarías
el calor de tantas horas
lucharía
el cuerpo inútilmente
intentarías
otros latidos
sin embargo
los
pies siguen el rumbo
el
ojo no cambia su mirada
nada
queda en blanco
la
esencia
el
calor
el
silencio
la
sangre excediendo su energía
todo
presente
marcas
acaso
la única fortuna
cuánto queda
cuánto
late
usos y hábitos
deslizando por la voz
por la mirada
tontamente se pretende que no existen
cambias de vestimenta
hay
disfraces de odio
máscaras
de absurda indiferencia
sabes
que no es cierto
la
hipocresía no será tu fuerte
así lo intentes otras mil veces
cambiar
la
voz pretende
al fin
siempre
en lo de siempre
los
mismos acordes
agreden
tantas veces defienden
la calle se quiebra de ladridos
alguna
pisada se escucha desde lejos
se recuesta en tus oídos
esta
es la hora en que nada puede salvarte
tus inútiles
pasos
tu inútil llegada a ninguna parte
todo está contigo
todo lo que no sirve para nada
cuidaste con celo la esperanza
para luego sonreír al pisotearla
ahora lo sabes
por más palabras no hay quien
entienda
tu voz lastima el silencio
ese silencio lleno de gritos
todo en un minuto de magia
luego todo falta
y esta hora tiene todos tus
minutos
todos tus segundos
toda tu amnésica mirada
ya nada puede salvarte
ya ni siquiera buscas
ni qué ni quien lo haga
solo el péndulo
solo el borde
del
abismo
recuerdas alguna sonrisa
recuerdas algún gesto una mirada
episodios que creías perdidos
recuerdas todo lo que pudiste ser
lo que tan estúpidamente dejaste
nunca supiste exactamente
qué hacer o qué decir
nada ni nadie pudo enseñarte
solo quedas sin mirar
con los ojos bien abiertos.
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