Vengo a ver el sol
de tus cabellos escurrirse
ondulando
desliendo colores dulcemente
y como otras veces
una pregunta
una respuesta
sin ser se quedan.
Solo sé que no es lo mismo
pisar el mismo suelo
que seguir igual camino.
No es roja ni verde
tampoco plaza
ni busco gritar en ellas mis palabras.
Sucede que hay silencio
en cada cosa que ensordece
poder no puedo
ejercer sobre las cosas mi egoísmo
solo caries en el alma
muela doliente sin remedio.
Moscas en los ojos
insolentes
caminando en la mirada.
Ahora te conozco
repto mi nombre en tus estancias
-perdí algunos versos-
replica la sangre por las noches
al saber que me llagaste.
DÓnde REgaré MIs FÁbulas y SOLiloquios
LAdrones del SIlencio
REgistra certidumbres de casa
MIl canciones sobre el mar
FÁcil al tener alas
SOLo el mal tiempo detendría
LAdrando pies en su mirada
SItuando un abismo frente al suyo
DOlo doliente mentira o muela.
Me vino tanto
bien de tu presencia
que sin ti cada
cosa me hace daño.
L. Chariarse.
Todo
ocurrió de repente
los
ojos se llenaron de estrellas
se e s p a r c i
e r o n
hacia
afuera
hacia
adentro.
Las
vi por los pasillos,
en
las calles
en otros ojos.
En
la garganta
bajo
la lengua.
Todo
fue una nube de alfileres en la cabeza
-imposible
de arreglarse-
Tú,
la
de nunca antes
la
de nunca siempre,
presente
en plena ausencia,
todo
olía a ojos perdidos.
Quedaba
un cristal para mirar,
no
captaba imagen alguna.
Solo
una voz asquerosa
-quizá
de alcohol o de tiempo-
incesante
echaba lisuras en la carcasa.
Sin
mover un solo pie estuve lejos,
mesándome
las ideas por encontrarte.
Pero
no era posible,
ya
eras la bella durmiente
y
yo
solo
un burdo caminante.
Al
sonar de este tránsito traumado
y
que no es tan silvestre sino humano
se
arrullan unas vidas tan cercano
que
nosotros mucho hemos alejado.
Se
arrullan dije pero se adormecen
pa’
no sentir el frío gris ni el llamado
que
cruel hambre a sus tripas ha soltado
y
sus vidas de a pocos entorpecen.
Aspirando
de olores que indolentes
en
bolsas de vil plástico le ofrecen
a
cambio de unas míseras monedas.
¿Y
nuestros pasos qué? Indiferentes
Y
los que por un voto el mundo ofrecen
los
dejan malvivir en las veredas.
Casi
casi me olvido de los surcos
y
del picar voraz de los mosquitos
la
corriente agua dándonos sus gritos
tan
serena si pasa entre los surcos.
Del
olor de la leña en nuestros cuerpos
y
la cama mullida de pellejos
del
dormir sereno y sin más quejos
que
una pulga saltando entre los cuerpos.
El
desayuno es casi un almuerzo
la
lluvia trae la calma no el silencio
el
corazón tranquilo vaga siento.
Ahora
lejos de allí con mucho esfuerzo
en
la ciudad rutina que presencio
recuerdo
que con poco fui contento.
Para
eludir tu ausencia
lanzo
conjuros
anatemas
dulces
te quieros
y
carajos
ya
nada es fijo
colosal
inconsistencia
todo
el sistema
todos
y
ningún planeta.
Solo
un grito
un
grito conteniendo todos los gritos,
nadie
oye
¿Qué
se hizo?
Nada
cabe
nadie
quepa en sus espaldas.
Carta
escrita tantas veces
diluyendo anclas
sin
entrega
agotando
estrellas
ya
nadie concibe la respuesta.
Para
no habitar un mundo extraño
para
que el sabor del día
para
que el sabor de la noche
no
te nieguen
no
nos nieguen
para
no pedir sino el encontrarte
para
encontrarte sin otra cosa sino quererte
para
que la amargura siga camino no regrese
para
el arquear de tus cejas
tu sonrisa
para
verte llegar alegre
para
que los sueños no se aneguen
para
caminar a tu lado
reconocerte
para
estar lejos de canciones inertes
para
que al oírte cerca pueda tenerte
para
saber que eres siempre
para
sonreír simplemente
para
quererte aún más después de quererte
para
los ojos limpios
para
hablar silente
para
no vivir estando ausente
para
no extrañarte mientras el aceite se caliente
para
que de tu casa a mi casa la distancia nos acerque.
Latiendo
ideas
desterrando
aciagas caligrafías
alambradas
en disolvencia
emprender
lo diferente
armonías
remolinos
polifonías
formas
implacables
de
toda extensión
ululando
encuentros
amaneceres
libres
reluce
occipital
juicio suspendido
una
emoción o tres respuestas ansiadas
siempre
anhelante
infinito
sin
necesidad de santidades
ni
oxígenos rencores.
Casera
cópula sabanas lentas
lustrosa
calavera del partir
en
gemido crema de silencios
arteras
estrellas viscosas de infinito
poemas
que entrevistan madrugadas
garras
violeta verde curvando selvas
ojos
noche cuarteados de esencia
sonante
luz cautelosa de estolidez
un
sofá inexplicable resuena en cada esquina
una
manta caliente rota licenciosa
la
saliva estropeada sorprende entretanto
a
la mochila colérica que tropezó en el incendio
rientes
ojos paratanáticos
acabadas
mariposas de marfil
azules
tortugas almorzando
sexos
que escapan del ayer.
Nubes
de lo posible
sin
apoyo de los pies
en
el revés de los relojes
más
allá de la niebla
música
alígera
tambores
trompetas
algún
verano exacto
calle
a fiero ritmo
gente
en horror de mirarse
o
estarse quietos.
Descalzo
a pesar de los zapatos
pequeño
¿dónde
la voz ayudará?
Súbita
repentina
lenta
anunciada
vendrás
-imposible
lejanía-
quizá
cuando menos lo espere
quizá
para el alivio
no
te temo
sé
que al final
serás
mía
seré
tuyo.
Paredes
opacas
entre
distancias
-no
reflejan la mirada-
recuerdos
aún
tratando de ocultar
la
voz en los oídos.
Surcar
el musgo escarlata
-noche
en rumor-
penetrar
el silencio
formas
que se buscan
trepidan
el azar
se
encuentran
labrando
un solo aliento.
Seres
ni
de hierro
ni
de barro
sin
luz
y
sin sombra.
Grises
cual neblina
y
cegados los ojos,
acompañados
siempre
de
su indiferencia.
Seres
que miran tan lejos
teniendo
tanto que ver de cerca.
Ya
no está aquí
la
mesa ahora es amplia.
Tal
vez una voz
pegada
a las paredes
vaga
se
derrama por los suelos.
Ya
no están los sueños
sobre
la vieja cama
ni
entre almohadas diseminados.
No
están los libros
los
cuentos
los
poemas.
Ya
no está aquí
quizá
nunca ha estado.
Tarde
ruin de improperios
agonizante
de día
algo
entre ilusiones perdido
breve
instante
silencio.
Cometa
sin órbita,
reloj
de mecánicas horas
-lentamente
suicida-
fuera
todo pensamiento
solo
lejanos pasos
nada
propio de los ojos
nada
al menos del mirar.
Hola
ola ohla oola olaa
onda
de agua inquietud del mar
juguetear
del vientre salino
crepitación
de peces sobre la playa
espumosa
arena olor de tiempo
viento
en caricia de cabellos
horizonte
para no perderlo
pupila
de recuerdos
que
permite vivir.
Bosque
de rejas,
cada
cual más alta y traicionera
recursos
del metal y de quimeras.
Espantar
el buen robar y la alegría.
Estar
alertas
de
ladrones y poetas
se
reconocen fácilmente,
por
el mirar de los ojos
por
la palabra indiscreta.
Qué
sabe la oscura luna
de
nuestros tiempos
de
nuestras bocas
nuestra
mirada.
Qué
sabe
de
nuestros pasos
de
nuestro estanque
tan
lleno
de
vacíos
y
soledades.
Bajo
mar
arena
de olvido anochecida
horizonte.
Dime
Cristóbal
porque
mejor
no
compraste un mapamundi de Venecia
y
contentaste, varón
con
navegar en sus callejas
y
no venir
a
joder la paciencia
cada
octubre
con
tanta insistencia.
El
albatros
-ave
fabulosa-
deja
su vuelo y desciende
en
la cabeza de
una
vieja menesterosa.
Cuatro
damas alcurniosas
al
ver aquello ríen
aún
cuando ellas no tengan
ni
el cagar de una mosca.
He
recobrado esta mano mía,
la
siniestra
por
abandono casi muerta
pesada
y fría
casi
ajena y temeroso
la
he traído hasta mi pecho,
poco
a poco ha recordado
que
aún me pertenece.
Homero
y su vitrola,
a
mil metros bajo tierra;
no
entiende estos poemas
el
aquí y el ahora,
toda
una serie de momentos
cada
cual más definido
cada
cual más desigual.
Fieros tendones
de trepidantes caminares
mansos se detienen
al estar en tu presencia.
Se teme
se arriesga,
es mejor que estarse quieto.
Cuando
vengas hasta mí
atravesando
mares densos
diluyendo
palabras en un gesto
cada
minuto
cada
segundo tendrá significado
como
gota en su caer
como
silencio entre lo extenso.
Ah,
tu
voz tan diferente
verte
caminar cortando el viento
ahora
te escucho.
Ya
regó tu voz mi habitación
ya
enarboló poemas tu recuerdo.
Llego
a ti descolorido
con
tan pocas palabras y algún gesto.
No
sé caminar por las veredas
sin
errar en el aliento
sigue
el tiempo
-incesante-
¿Cómo
dejar la huella de mi rostro en tu pañuelo?
¿Cómo
quedarme entre tus ojos?
Estoy
aquí tan poco
queriendo
ser de tu silencio.
Aparecido
entre la gente
sin
más piel que sus palabras,
cargando
su cadáver a cuestas,
su
memoria a cuestas.
la
cuenta de los años,
la
cuenta de los sueños,
tal
vez muchos,
tal
vez pocos,
ojos
cansados,
voz
ausente.
¿Qué
sé de tus átomos?
solo
mi esfuerzo por conocerlos.
Si
todo cambia
¿Cómo
podré alcanzarte?
Si
todo fluye
¿Cómo
podré atraparte?
Si
todo fluye y todo cambia
¿Cómo
lo constante?
En
cuestión de minutos
en
todo nació el silencio,
Toda
la química,
toda
la física
sigue
su curso lento.
Mas,
algo
falta,
algo
se ha perdido entre el aliento.
Esta
es otra noche
en
que tus pasos se vuelven indecibles.
Caer
de nuevo en lo callado del deseo.
Aturdido
por
una explosión que no acaba nunca
cómo
saber quién va escribiendo.
Solo
cuando tus ojos,
nace
el día,
la
luz,
el
sol,
algún
reflejo.
con
tan poco me acerco,
tal
vez la caries permita una sonrisa.
Viví
con culpas nada mías,
tratando
de hacer siempre lo correcto
no
sé quién fui
o
cómo anduve
olvidé
mi ser humano,
ser
parte del planeta.
Si
el mar se cae
y
nos deja
su
vasija solamente.
una
palabra tuya
bastará
para salvarme.
Sin
embargo,
dejaste
caer el mar,
se
llevó todas mis siembras.
Ahora
la cuenca vacía,
ahora
el silencio.
algo
hiere
alguien
hiere
¿Cómo
cambiar de rumbo los zapatos?
Pequeño
caracol
perdí
tu rastro
entre
magnitudes de silencio.
Aunque
a veces,
tropiece
con tu nombre.
Llevo
una vida hermosa entre cuatro paredes.
Todos
los días quiero saltar al mar,
y
vagar por los bosques que aún quedan.
Insecto,
cuando
quise escapar ya era tarde
una
sandalia aplastaba mi cabeza.
Ya
era parte de la pared
lejos
de mi naturaleza.
Hay
una hora especial de la noche
en
que los mudos se reúnen.
La
luz de la ciudad los tiñe
eso
no importa.
Sueltan
su lenguaje puro,
solo
de movimientos.
EN
LAS VEREDAS
No
soy la voz de los cuadernos
ni
la voz de molde de los libros.
Cultivo
el caminar,
recorro
la ciudad entre cenizas.
Miro
sin más hacer
falaz
dueño del tiempo.
Aquí
nunca lloverá
aquí
nunca se callará
aquí
nunca se llorará
lo suficiente
como
para vernos
a
nosotros mismos.
El
combate eterno
los
malos,
los
buenos,
los
buenos malos,
los
malos buenos.
Pero
nadie cuida de los dos
en
el propio aliento.
La
inocencia
la
parte más corta de nuestras vidas
la
que pronto olvidamos
conforme
nos atrapan ajenos tiempos.
El
azar nos trajo lejos,
pero
una vez llegados
queremos
vencerlo.
Somos
los únicos animales
que
no sabemos serlo.
Arrastrados
por el tiempo pretendemos retenerlo.
Cuando
este nos usa y nos deshecha,
se
ríe mordaz de nuestros intentos.
Hemos
hecho tantas máquinas que creemos
en
una de ellas habernos vuelto.
Hemos
y hemos, pero
no
nos hemos
desde
hace buen tiempo.
Navegantes
de mares de silencio
de
ruido y de silencio
-casi
lo mismo-
Hasta
ahora no se han podido inventar
árboles
de piedra flores de cemento.
El
mejor adorno de las casas
el
humo de los autos,
el
mejor adorno de los autos
la
sangre de los perros,
y
de uno que otro
que
no aprendió su esquivamiento.
El
invierno,
no
sirve para tristezas.
Nada
ni nadie
puede
más que el propio aliento.
Los
avisos no avisan
las
voces no se oyen
¿Bastan
los ojos
para
saber lo cierto?
He
dicho mucho,
he
dicho poco.
Hasta
hoy
buscando
palabras me encuentro.
El
azar guía al azar,
solo
al azar se sujeta.
Los
caminos hechos
no
indican seguirlos.
Para
reírnos
solo
bastan nuestros actos
nuestros
absurdos intentos.
Lo
peligroso del mundo es sentirlo,
es
lo más hermoso de sí mismo.
Todas
las escaleras tienen un límite,
el
aquí o el abismo.
Lo
feliz de la muerte es el ser libre,
por
qué temerla
si
de ella venimos.
Inútil
tarea
buscar
un antes y un después
y
olvidar este momento.
Aceptar
no es resignarse
callar
no es otorgamiento.
¿Quién
conoce todos sus yoes?
Los
más, los niegan rotundamente.
Ciegos
seguidores
ilustres
ovejas
pontificando
incomprendidos saberes.
Después
de tanto descubrir,
no
creo que nada hayamos descubierto.
Todo
el mundo calla en voz alta,
todo
el mundo duerme en su vigilia.
Solo
los que se fueron
conocen
la libertad.
A
los demás,
solo
nos queda esperarla.
Bellos versos, que merecen ser leídos por todos los amantes de la buena poesía. Ojalá y pronto publiques tu poemario.
ResponderEliminarSaludos
RCZ