21 de noviembre de 2011

FRONTERAS




Corazón mío, Gorgona púrpura y girante
cómo es de oscura tu sonrisa y como se agita
                        Jorge Eduardo Eielson



AZUR HE QUEDADO
incandescente de una idea
trozo de saliva
estaca clavada al horizonte
impávido al caer de las estrellas.
Tengo una escalera
atada a un artificio
¿Dónde ir?
¿Dónde llegar?
Quizá soñar sea lo justo.




SOLO EXCUSAS PARA LOS OJOS,
lo que no cabe en la garganta,
lo que no llega a rozar
la punta de los dedos.




COMO SE QUIERE AL AIRE
no para que estés lejos
sino para respirar,
para tenerte dentro de los pulmones.
Como quieren los niños
horas para jugar.
Y más que eso
horas para vivir,
viviendo.




CUANDO NO EL POETA ENLOQUECIDO
se acerca por las flores de tus ojos.
Si le observas bien se ha esmerado
clareando su cuerpo en agua fresca,
se vistió de suave brisa.
Aunque todavía
dominar no ha podido mala letra
apuntala versos
en máquinas de escribir infinito,
todo para que le tengas en cuenta.
Y tú
        andorosa
paseas por sus nervios
sin dar luz a su silencio.
Todo lo que hace y no te importa,
sólo le queda rozar el viento
del pronto desencuentro.




UN  DÍA TUVE MI SILUETA ENTRE LOS BOSQUES
me bañaba con el sol y con la lluvia.
                         Ahora anhelo
he despertado
                         aquí me encuentro
entre paredes que no son las de mi cueva
desesperado
buscando ganarle al tiempo.
Apenas existe el hechizo de estar vivo,
no tengo pieles sobre mi piel,
ni el olor de mis ancestros.




ÁRBOLES GRISES
flores eléctricas
de acero y de cristal que no florecen.
Cazo mi presa en un mercado
con las astucia de un billete
(mínimo olfato).
Ahora sé que todo comenzó
al transformar el horizonte,
natura fue cercada
ocultando las estrellas.




RECUERDO
Senti-
miento,
viví.




NO DEBERÍA...

I
No debería sentir
ni buscarte entre la gente.
Debería ser como una piedra
caer inmutable
no moverme.
Pero sigo tu rastro
tu húmeda huella.
Debería atravesar sin preocuparme
las fronteras de la sal
y del azúcar.
Encontraría cualquiera en cualquier parte,
debería ser ligero
y sin embargo
llevo mi casa a cuestas.

II
Debería andar despreocupado
sin embargo
lavo mi cuerpo en agua fresca
me reparo
me esmero,
para ser a tus ojos agradable,
y de ti tan sólo queda
la huellá que desenfrena.




TE PERSIGO CARACOLA ENTRE NUBES Y HORAS
declives del tiempo.
Lluvia de acero,
lluvia de plástico:
no nieguen el sol a mis zapatos,
no nieguen el canto de mis pasos.
Ella tiene la luz
                         y la sombra
que se aleje de mis hombros.
Aún puedo amanecer.




RECUERDA,
no sólo de tu nombre vive el hombre.
Aunque sea su alimento.




ESPUMA DE LA TARDE
no abandones mi cuerpo,
espuma de la noche
no apagues el tiempo.
Párpados,
enclíticos de secretos,
a cada minuto un recuerdo
a cada minuto silencio.




SI UNO MUERE
dile a dos que no rece,
impide que tres y cuatro
traigan cruces y velas.
Solo quiere que alguien
se alegre
recordando quien era.
Aunque solo haya sido
un número cualquiera.




VOZ QUE DICE
voz que calla
voz que persigue
voz que no halla.
Calla tus ojos
calla tu calma.
Voz de reloj
voz lacerante
voz de piedra
voz machacante
¿Dónde estoy?
tal vez en un guante
¿y en los carteles?
un girasol fragante.




¿QUIÉN AGITA LA CHARCA?
¿Quién agita palabras?
Frágiles ahora
cosas inmensurables.
Como gota cayendo
como agua ahorcada.




TIENES EL TAMAÑO DE LOS ÁRBOLES  CELESTES
pero tu olor de mujer es inconfundible.




HERMOSA REALMENTE HERMOSA
como canción en el aire
o silencio que refresca.
Te entrego mis ojos desde siempre
pero no te quedes con ellos solamente.




QUÉ SABER DE TI
sino esa mirada que he rozado a veces
sé que eres tú a pesar de mis tropiezos
encaja en las pupilas
el modo en que te ausentas.
Para bien o para mal,
las imágenes lentas flotan ágilmente.
A veces me pongo a cocinar recuerdos
pero prefiero
la fruta fresca de tu frente.




Pero hoy que mis ojos visten pantalones largos
veo a la calle que está mendiga de pasos
Oquendo de Amat

PODRÍA IR POR ELLA SIN MIEDO
con tus ojos en mi bolsillo,
tapizar de coral las paredes
sin esperar que su ancla manifiesten,
no cubrirá la lluvia mis gafas
sino tu cara de niña traviesa.
Las fronteras solo valen cuando se piensan
para entonces los pies se vuelven fósiles
o piedritas esmaltadas de musgo
y una palabra
es un estampado en la garganta.




BAILA MUCHACHA BAILA
con escobas de tu sueño.
Hay pies que en su presto andar
aguijan mis recuerdos
como el sol goteando en mi cabeza
diluyendo
algún de mis cabellos,
dejando al descubierto mis reflejos.




ESTABLECER LA HORA DE SOL
en cada minuto de tus ojos,
en cada segundo de tu belleza.




CUAL GRILLO POR TI
cantando en la oscuridad
alienta el mañana de tu boca
el horizonte que nace de tus plantas.
Cirugía al orgullo
extirpación de la simpleza,
ya no el adiós permanente
la canción en su alarido incompleta.
La aventura termina al descubrirte
al fundar mi ciudad entre tus cejas.
Preso en las manzanas que respiras
en cerezas escondidas de tu belleza.
Ahora te nombro en mis cabellos
en cada flor de mis zapatos,
en cada una de mis apuestas.
Aun bajo la lluvia
también entre las piedras,
en cada chirrido
en cada puerta.
Para verte a través de la luna
cercada de algodón
atándome a tu destreza.




AGUAITO SIEMPRE PARA SABER
si estás entre la gente,
vistes aires nuevos.
Se ha vuelto flor mi calavera
con tu mirada en medio de mi acento
pero se marchita
prontamente si te alejas.




HAY UN ÁRBOL DE AMENAZA EN EL SILENCIO,
un cuchillo merodeando la garganta,
imperfecto si te atrapa la mirada.




HABITAR DECIRES DE TUS OJOS
y tus dientes,
lo que quiero
lo que intento.
Pero murallas de aire
y de ignorancia nos separan.
Aun hay por descubrirse
un color entre la niebla              




ATRAVESAR ESTAS HORAS
vestido de ruido
de voces inconexas.
Calendario,
reloj,
tiempo de espanto,
cuajar no logran
una región inconcreta.




CUANDO NO ESTÁS QUIEBRO MIS PASOS
envuelto en escafandras inertes
la ciudad roza mis ojos,
mi costado,
sin lograr atraparme.
Ser ave sin alas mientras
abrochas el cielo en tu garganta.




TU VOZ  PUEDE COMPLETARME
o desgajarme por entero.
Tu voz o mejor dicho
Tú a través de ella.
Sino que soy sino
soportando el sol espeso
que aprieta a las veredas.




En la prisión en que tu ausencia me deja
en la soledad en que este poema me abandona
                                      CésarMoro

NO TE ESCAPAS DE LOS ÁRBOLES
y sin embargo
no te encuentro en las raíces
párpado punzante de la tarde
agujero escondido de la noche
¿Por qué callaron espirales
escritos sin demora?
¡calla grillo!
son las diez de la noche
¡calla grillo!
que ya es de madrugada.
La ventana sigue ahí
sola su maquinaria
sin la voz que me persigue
sin la voz que yo buscaba.




CUANDO TE VAS,
mis ojos pierden su eficacia.
Pienso mi voz,
pero no logro escucharla.




SI SIEMBRO DE TU NOMBRE ESTAS  TIERRAS
no es para cosechar tu ausencia.




La ciudad solo existe
mientras estés adentro





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales