Corazón mío, Gorgona púrpura y girante
cómo es de oscura tu sonrisa y como se agita
Jorge Eduardo Eielson
AZUR HE
QUEDADO
incandescente
de una idea
trozo de
saliva
estaca
clavada al horizonte
impávido al
caer de las estrellas.
Tengo una
escalera
atada a un
artificio
¿Dónde ir?
¿Dónde
llegar?
Quizá soñar
sea lo justo.
SOLO EXCUSAS PARA LOS OJOS,
lo que no
cabe en la garganta,
lo que no
llega a rozar
la punta de
los dedos.
COMO SE
QUIERE AL AIRE
no para que
estés lejos
sino para
respirar,
para tenerte
dentro de los pulmones.
Como quieren
los niños
horas para
jugar.
Y más que eso
horas para
vivir,
viviendo.
CUANDO NO EL POETA ENLOQUECIDO
se acerca por
las flores de tus ojos.
Si le observas
bien se ha esmerado
clareando su
cuerpo en agua fresca,
se vistió de
suave brisa.
Aunque
todavía
dominar no ha
podido mala letra
apuntala
versos
en máquinas
de escribir infinito,
todo para que
le tengas en cuenta.
Y tú
andorosa
paseas por
sus nervios
sin dar luz a
su silencio.
Todo lo que
hace y no te importa,
sólo le queda
rozar el viento
del pronto
desencuentro.
UN DÍA TUVE MI
SILUETA ENTRE LOS BOSQUES
me bañaba con
el sol y con la lluvia.
Ahora anhelo
he despertado
aquí me encuentro
entre paredes
que no son las de mi cueva
desesperado
buscando
ganarle al tiempo.
Apenas existe
el hechizo de estar vivo,
no tengo
pieles sobre mi piel,
ni el olor de
mis ancestros.
ÁRBOLES GRISES
flores
eléctricas
de acero y de
cristal que no florecen.
Cazo mi presa
en un mercado
con las
astucia de un billete
(mínimo
olfato).
Ahora sé que
todo comenzó
al
transformar el horizonte,
natura fue
cercada
ocultando las
estrellas.
RECUERDO
Senti-
miento,
viví.
NO DEBERÍA...
I
No debería
sentir
ni buscarte
entre la gente.
Debería ser
como una piedra
caer
inmutable
no moverme.
Pero sigo tu
rastro
tu húmeda
huella.
Debería
atravesar sin preocuparme
las fronteras
de la sal
y del azúcar.
Encontraría
cualquiera en cualquier parte,
debería ser
ligero
y sin embargo
llevo mi casa
a cuestas.
II
Debería andar
despreocupado
sin embargo
lavo mi
cuerpo en agua fresca
me reparo
me esmero,
para ser a
tus ojos agradable,
y de ti tan
sólo queda
la huellá que
desenfrena.
TE PERSIGO CARACOLA ENTRE NUBES Y HORAS
declives del
tiempo.
Lluvia de
acero,
lluvia de
plástico:
no nieguen el
sol a mis zapatos,
no nieguen el
canto de mis pasos.
Ella tiene la
luz
y la sombra
que se aleje
de mis hombros.
Aún puedo
amanecer.
RECUERDA,
no sólo de tu
nombre vive el hombre.
Aunque sea su
alimento.
ESPUMA DE LA
TARDE
no abandones
mi cuerpo,
espuma de la
noche
no apagues el
tiempo.
Párpados,
enclíticos de
secretos,
a cada minuto
un recuerdo
a cada minuto
silencio.
SI UNO MUERE
dile a dos
que no rece,
impide que
tres y cuatro
traigan
cruces y velas.
Solo quiere
que alguien
se alegre
recordando
quien era.
Aunque solo
haya sido
un número
cualquiera.
VOZ QUE DICE
voz que calla
voz que persigue
voz que no halla.
Calla tus ojos
calla tu calma.
Voz de reloj
voz lacerante
voz de piedra
voz machacante
¿Dónde estoy?
tal vez en un guante
¿y en los carteles?
un girasol fragante.
¿QUIÉN AGITA LA CHARCA?
¿Quién agita palabras?
Frágiles ahora
cosas inmensurables.
Como gota cayendo
como agua ahorcada.
TIENES EL TAMAÑO DE LOS ÁRBOLES CELESTES
pero tu olor de mujer es inconfundible.
HERMOSA REALMENTE HERMOSA
como canción en el aire
o silencio que refresca.
Te entrego mis ojos desde siempre
pero no te quedes con ellos solamente.
QUÉ SABER DE TI
sino esa mirada que he rozado a veces
sé que eres tú a pesar de mis tropiezos
encaja en las pupilas
el modo en que te ausentas.
Para bien o para mal,
las imágenes lentas flotan ágilmente.
A veces me pongo a cocinar recuerdos
pero prefiero
la fruta fresca de tu frente.
Pero
hoy que mis ojos visten pantalones largos
veo
a la calle que está mendiga de pasos
Oquendo de Amat
PODRÍA IR POR ELLA SIN MIEDO
con tus ojos en mi bolsillo,
tapizar de coral las paredes
sin esperar que su ancla manifiesten,
no cubrirá la lluvia mis gafas
sino tu cara de niña traviesa.
Las fronteras solo valen cuando se
piensan
para entonces los pies se vuelven fósiles
o piedritas esmaltadas de musgo
y una palabra
es un estampado en la garganta.
BAILA MUCHACHA BAILA
con escobas de tu sueño.
Hay pies que en su presto andar
aguijan mis recuerdos
como el sol goteando en mi cabeza
diluyendo
algún de mis cabellos,
dejando al descubierto mis reflejos.
ESTABLECER LA HORA DE SOL
en cada minuto de tus ojos,
en cada segundo de tu belleza.
CUAL GRILLO POR TI
cantando en la oscuridad
alienta el mañana de tu boca
el horizonte que nace de tus plantas.
Cirugía al orgullo
extirpación de la simpleza,
ya no el adiós permanente
la canción en su alarido incompleta.
La aventura termina al descubrirte
al fundar mi ciudad entre tus cejas.
Preso en las manzanas que respiras
en cerezas escondidas de tu belleza.
Ahora te nombro en mis cabellos
en cada flor de mis zapatos,
en cada una de mis apuestas.
Aun bajo la lluvia
también entre las piedras,
en cada chirrido
en cada puerta.
Para verte a través de la luna
cercada de algodón
atándome a tu destreza.
AGUAITO
SIEMPRE PARA SABER
si estás entre la gente,
vistes aires nuevos.
Se ha vuelto flor mi calavera
con tu mirada en medio de mi acento
pero se marchita
prontamente si te alejas.
HAY UN ÁRBOL DE AMENAZA EN EL SILENCIO,
un cuchillo merodeando la garganta,
imperfecto si te atrapa la mirada.
HABITAR DECIRES DE TUS OJOS
y tus dientes,
lo que quiero
lo que intento.
Pero murallas de aire
y de ignorancia nos separan.
Aun hay por descubrirse
un color entre la niebla
ATRAVESAR ESTAS HORAS
vestido de ruido
de voces inconexas.
Calendario,
reloj,
tiempo de espanto,
cuajar no logran
una región inconcreta.
CUANDO NO ESTÁS QUIEBRO MIS PASOS
envuelto en escafandras inertes
la ciudad roza mis ojos,
mi costado,
sin lograr atraparme.
Ser ave sin alas mientras
abrochas el cielo en tu garganta.
TU VOZ
PUEDE COMPLETARME
o desgajarme por entero.
Tu voz o mejor dicho
Tú a través de ella.
Sino que soy sino
soportando el sol espeso
que aprieta a las veredas.
En
la prisión en que tu ausencia me deja
en
la soledad en que este poema me abandona
CésarMoro
NO TE ESCAPAS DE LOS ÁRBOLES
y sin embargo
no te encuentro en las raíces
párpado punzante de la tarde
agujero escondido de la noche
¿Por qué callaron espirales
escritos sin demora?
¡calla grillo!
son las diez de la noche
¡calla grillo!
que ya es de madrugada.
La ventana sigue ahí
sola su maquinaria
sin la voz que me persigue
sin la voz que yo buscaba.
CUANDO TE VAS,
mis ojos pierden su eficacia.
Pienso mi voz,
pero no logro escucharla.
SI SIEMBRO DE TU NOMBRE ESTAS TIERRAS
no es para cosechar tu ausencia.
La ciudad solo existe
mientras estés adentro